Las enfermedades autoinmunes son un área terapéutica que, a pesar de tener una incidencia inferior a la del cáncer, se enfrentan a una gran desatención. Estas enfermedades afectan al 8% de la población y más del 75% de los casos se producen en mujeres, ya que tienen una reacción inmunitaria más potente. Asimismo, los expertos atribuyen una mayor exposición por parte de las mujeres a que poseen ciertos genes que predisponen a estas enfermedades.
Las enfermedades autoinmunes son aquellas en las que nuestro sistema inmunológico ataca a nuestro propio organismo. Las más frecuentes son la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple y el lupus, por citar algunas más conocidas. Las mismas son el resultado de un mal funcionamiento del sistema inmunológico del organismo.
Desde hace años, estas enfermedades se vienen combatiendo con fármacos inmunosupresores que, según los expertos, presentan una elevada toxicidad. En los últimos años se han ido registrando varios avances para combatir las enfermedades autoinmunes a través de nuevos fármacos diseñados con nanotecnología, como publicó recientemente la revista Nature.
Se trata de enfermedades cuyo diagnóstico es complicado, debido a la lenta evolución de la enfermedad, y a que los síntomas iniciales pueden adscribirse a un gran número de causas. Asimismo, se calcula que hay entre 80 y 100 trastornos autoinmunes diferentes.
Al mismo tiempo, estas enfermedades concentran una gran parte de la factura hospitalaria. Según IMS Health, la oncología, el VIH, los productos biológicos para enfermedades autoinmunes y el VHC concentran el 59% del mercado hospitalario.
La artritis reumatoide
Dentro de las enfermedades autoinmunes la artritis reumatoide tiene una gran incidencia social. Es una enfermedad que produce dolor en las articulaciones de todo el cuerpo y que, si no se trata, acaba destruyéndolas.
La Sociedad Española de Reumatología (SER) estima que en España hay 180.000 personas afectadas por esta patología, considerada como la enfermedad reumática más incapacitante.
En términos de gasto, el mercado hospitalario para la artritis reumatoide en 2014 alcanzó 204 millones de euros, según datos proporcionados por IMS Health. Asimismo, Enbrel, medicamento biológico de Pfizer para la artritis reumatoide, figura como el sexto medicamento más caro en la dispensación hospitalaria. Concretamente, el año pasado facturó 169M€.
Ante este escenario, la entrada de nuevos fármacos que proporcionen opciones menos costosas para el tratamiento de enfermedades que pueden llegar a prolongarse varios años, como la artritis reumatoide, constituye un avance significativo para los sistemas nacionales de salud.
En este sentido, los biosimilares ayudan a dar un paso más allá: hacer accesibles las terapias a un mayor número de pacientes reduciendo los costes económicos y sociales de la enfermedad. Por ello, se trata de un mecanismo de contención del gasto que el Ministerio de Sanidad ha llegado a situar en la horquilla del 30% al 40% con relación a la reducción en el precio del biosimilar respecto a su biológico de referencia.