El cáncer figura en todos los estudios del sector como una de las principales causas de mortalidad en todo el mundo. En 2015 se diagnosticaron en España 227.000 casos nuevos de cáncer, según los datos publicados por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Asimismo, la OMS prevé que el número de nuevos casos aumente aproximadamente un 70% en los próximos 20 años.
La enorme incidencia social del cáncer hace que se dediquen una gran cantidad de recursos a su tratamiento. En 2014 se destinaron 90.000 millones de euros en todo el mundo a medicamentos oncológicos, de acuerdo con las últimas cifras de IMS Health.
Pero a pesar de que la oncología acapara una gran parte de los recursos de los sistemas nacionales de salud, el acceso por parte de los pacientes a los medicamentos oncológicos es mejorable. Un estudio publicado el pasado mes de octubre de 2015 por SEOM ponía de relieve que en 2014 los pacientes españoles accedieron a menos de la mitad de los fármacos oncológicos lanzados en los cinco años anteriores. Y estos son datos sólo de España.
Los medicamentos biosimilares contra el cáncer
Ante esta realidad, los medicamentos biosimilares ofrecen una alternativa que favorece la sostenibilidad de los sistemas nacionales de salud a través de la reducción de los precios de estos medicamentos.
Una vez que expiran las patentes de los principales biológicos destinados al tratamiento de estas enfermedades, los biosimilares ya pueden entrar en el mercado. En este sentido, en los próximos años se producirá la pérdida de patente de varios medicamentos biológicos usados regularmente en oncología: rituximab, trastuzumab y bevacizumab entre otros. Ante este escenario, se producirá la entrada de los medicamentos biosimilares que, como podéis imaginar, ofrecerán unos importantes descuentos en los precios de estos tratamientos y contribuirán a aliviar la gran presión a la que están sometidos los sistemas sanitarios.
Por ello, en la lucha contra el cáncer, los biosimilares se presentan como aliados de los pacientes y de los sistemas nacionales de salud, ya que a medida que se produce un progresivo envejecimiento poblacional el número de casos de cáncer también asciende, absorbiendo una cantidad de recursos cada vez mayor.
En un contexto de crecientes limitaciones financieras, no pueden existir límites para la salud y, en definitiva, para la vida. De ahí el papel clave de los biosimilares como solución de calidad y efectiva para todos. Sigamos trabajando.